7.2. Lenguaje corporal

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Todas las acciones motoras, sensomotoras y psicomotoras se denominan en conjunto lenguaje corporal. Debido a su dimensión espiritual, el lenguaje corporal humano es una forma de expresión que abarca múltiples planos. Es comunicación espontanea e instintiva, pero al mismo tiempo calculada. El lenguaje corporal es un para lenguaje, y acompaña a toda expresión verbal. Puede acentuar la información, modificarla, o incluso, a veces, anular si significado convirtiéndose en una metacomunicación. El lenguaje del cuerpo puede ser independiente del lenguaje de las palabras cuando actúa conscientemente con gestos mímicos en la vida cotidiana o en el ámbito artístico; también puede hacer las veces de acción intencionada o movimiento que hace abstracción del gesto mímico, como en la danza.

El lenguaje corporal es material informativo real y ficticio al mismo tiempo. Por una parte, es físicamente concreto, pero también puede desprenderse del cuerpo. Por ejemplo, en la fantasía de un observador que contempla huellas de pisadas o huellas digitales, etc., surge un cuerpo ficticio que puede volver a convertirse en realidad cuando la persecución acierta en su objetivo.

El lenguaje corporal incluye siempre de manera simultánea la función y la expresión del movimiento. Su dimensión y sus cualidades temporales y energéticas son objetivamente mensurables, pero su expresión continúa siendo subjetiva y admitiendo múltiples interpretaciones. Por ejemplo: la división temporal del día puede medirse objetivamente: el minuto tienen sesenta segundos. Pero ese minuto puede pasar volando cuando hay exceso de movimiento externo o interno, o parecernos una eternidad cuando el movimiento brilla por su ausencia.

Lo mismo ocurre con el rendimiento energético: por una parte, podemos medirlo por la actividad muscular y el consumo de calorías, pero que también lo irradia la presencia sosegada de una persona, marcando por el calor sentimental y la inteligencia; y en espacios que nos parecen demasiado grandes o demasiado pequeños crean una atmosfera de simpatía o antipatía.

Es decir, que toman forma en la comunicación.

La comunicación del movimiento se efectúa en un momento determinado y no es recuperable con un gasto energético en el espacio concreto. En cualquier caso, las distancias que percibimos espacial e intuitivamente ante las personas y los objetos a menudo tienen algo de imaginario. Una conversación con una persona "cercana" puede ser "corta" y muy "excitante", aun cuando pueda durar exactamente lo mismo que un proceso de trabajo que "no se acaba nunca" [38].


Bibliografía

[38] Günther R. (2004), "El lenguaje corporal: Lo que expresan las actitudes, las posturas, los gestos y su interpretación", España, EDAF.


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