4.4. Empatía

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Desde hace algunos años, la empatía se ha vuelto uno delos temas centrales de las ciencias cognitivas. Pero ¿qué es exactamente la empatía? La inmensa mayoría de los investigadores parecen suponer que se trata de una observación particularmente precisa o lograda de un individuo por parte de otro. Pero es posible que en este preconcepto exista una estrechez inadmisible que empeñe la mirada sobre la estructura de la empatía humana. De hecho, este libro hará una contrapuesta. Quizá no sea más que un prejuicio pensar que la escena primaria de la empatía consiste en una manera escena de dos. Otro prejuicio muy extendido es que los humanos son seres tan sociales y buenos porque poseen empatía. Ante todo, hay que subrayar que la empatía no es en absoluto una cuestión exclusiva de la benevolencia y la aceptación positiva de los otros. La empatía ayuda también a entender mejor a los competidores y, con ello, a desactivarlos. La alegría por la desgracia ajena no es un fenómeno contingente de la empatía.

Entre los fenómenos que suelen adjudicársele a la empatía se encuentran por ejemplo los de ponerse en los zapatos del otro, leerle la mente para tantearlo, simpatizar con él, covivenciar algo con él en forma voluntaria o involuntaria y adoptar su perspectiva. Quizá la empatía sea una segunda naturaleza del hombre. Cuando nos hallamos en sociedad, las visiones interiores de nuestros congéneres forman parte directa de nuestra percepción. No solo vemos quien se mueve cómo, sino que a partir de los gestos de los otros creemos poder adivinar lo que opinan de la situación, si estamos aburriéndolos o desafiándolos. El descubrimiento de las "neuronas espejo", las discusiones en torno de la Theory of Mind (teoría de la mente) y las consideraciones de los biólogos dela evolución sobre la inteligencia social de los seres humanos pusieron de manifiesto una serie de mecanismos que nos permiten ponerse en los zapatos de otros. Las ciencias cognitivas no solo nos deparan descubrimientos asombrosos sobre los mecanismos de la empatía, sino que además demuestran que los seres humanos no pueden sino empatizar con otros.

La capacidad de comprender intelectual y emocionalmente a oros evidentemente se apoya en gran medida en las capacidades innatas de mimetiso y en las posibilidades de las bases neuronales, que nos permiten experimentar el comportamiento observado en otros como una acción propia.

Los seres sociales como los humanos viven en un mundo lleno de ruido empático, por lo que casi involuntariamente están adoptando de manera continua la perspectiva delos otros. Por ejemplo, cuando estamos observando una conversación entre un grupo de personas, nuestra atención empática suele ir saltando a una velocidad vertiginosa de una persona a otra. Los seres huumanos son hiperempáticos.

¿Podemos frenar la empatía? Justamente a eso apuntaba la pregunta a mis colegas del grupo de lectura. El manejo individual de la empatía ¿es una parte esencial de la empatía o no? El acceso de los especialistas en ciencias cognitivas a los mecanismos de la empatía no deja mucho lugar para decisiones individuales. Los seres humanos y algunos primates interpretan las acciones, emociones e intenciones de otros de manera casi automática, prerreflexiva y prerracional, por la sencilla razón de que realizan la actividad cerebral idéntica a la de aquellos cuyas acciones observan [17].


Bibliografía

[17] Breithaupt. F, (20009), "Culturas de la empatía", España, KATZ.


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