2.4.1. Raíces nacionales

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Arquitectura mesoamericana.

Pirámide del Sol en Teotihuacán, en México, se erigió entre los años 50 y 200 de la era cristiana. Está construida con adobes recubiertos de piedra y alcanza una altura de 61 metros. Se compone de cinco cuerpos construidos con el sistema de talud y tablero que flanquean una escalera ceremonial que conduce a su cima, donde se alzaba un templo. Está orientada al este, por lo que el sol se pone exactamente frente a ella en el solsticio de verano. Bridgeman Art Library, London/New York/Tom Owen Edmunds. Conjunto arqueológico de El Caracol El Caracol de Chichén Itzá se compone de una torre con dos muros concéntricos y una escalera de caracol que conduce a una pequeña sala en lo alto del edificio. Las ventanas a lo largo de la escalera y en la abertura de la cúspide se empleaban para la observación astronómica, por lo que el Caracol se conoce también como el Observatorio. Tony Stone Images/Murray and Associates.

Las dos tipologías más relevantes de la arquitectura mesoamericana fueron la pirámide y el juego de pelota. La pirámide americana es diferente de la egipcia no sólo por su forma -escalonada y truncada en su parte superior-, sino también por su función, que es la de acoger un santuario o templo en la meseta más elevada. Una práctica habitual era levantar las pirámides por capas, de forma que se construía un edificio nuevo rodeando al antiguo cada 52 años, que era el ciclo establecido para la renovación del mundo. El juego de pelota, que no era un deporte sino un espectáculo ritual, solía estar relacionado con las pirámides y consistía en un espacio amurallado de planta en doble T. La cultura maya se extendía desde la península de Yucatán hasta Belice, Honduras y Guatemala, y su periodo de mayor esplendor tuvo lugar entre los siglos IV y XI. Una de las primeras grandes ciudades mayas es la de Tikal (Guatemala), de la que se conserva un enorme recinto sagrado (siglos III-VIII) con numerosas pirámides. Sobre las plataformas de estas pirámides se elevan los templos o santuarios, con un espacio interior cubierto por una falsa bóveda típica de la arquitectura de esta civilización. Otro de los centros florecientes en la época clásica fue Copán (Honduras), un centro de estudios astronómicos donde se conserva la monumental escalera de los Jeroglíficos (mediados del siglo VIII), así como uno de los juegos de pelota más hermosos de la civilización maya. El Palenque (llamado así por los españoles por ser un recinto amurallado) fue el centro de esta cultura en México y su edificio más emblemático es el templo de las Inscripciones (siglos VII-VIII), situado sobre una pirámide que, en este caso, contiene una cámara sepulcral. Ya en el primer milenio de la era cristiana, el guerrero Kukulcán fundó la ciudad de Chichén Itzá sobre la llanura de Yucatán. La arquitectura de esta ciudad tiene una enorme influencia de la zona que está al norte de la capital mexicana, como muestran el templo de los Guerreros (siglos XI-XII) y la pirámide del Castillo (siglos XI-XII), que siguen los modelos toltecas de la ciudad de Tula. Otros edificios emblemáticos de Chichén Itzá son el Caracol (un observatorio astronómico al que se accede a través de una escalera de caracol) y el famoso juego de pelota, flanqueado por unos muros monumentales que están ricamente esculpidos.

También en la península de Yucatán se encuentra Uxmal, cuyo hermoso palacio del Gobernador (siglos VIII-IX), erigido sobre una meseta artificial, muestra la maestría compositiva que se alcanzó en la etapa final del arte clásico maya. Véase Arte y arquitectura mayas.

Mitla En el actual municipio mexicano de San Pablo Villa de Mitla, en el estado de Oaxaca, se encuentran las ruinas que pueden ser apreciadas en esta fotografía, pertenecientes a la antigua ciudad mesoamericana de Mitla, concretamente al llamado Grupo de la Iglesia, denominado así por hallarse en él el edificio de un templo cristiano muy posterior (siglos XV y XVI) a la época de esplendor de aquel centro ceremonial precolombino. Corbis/Kelly-Mooney Photography.

La llamada cultura de La Venta (1200-900 a.C.), probablemente relacionada con el pueblo olmeca, parece haber sido una de las primeras y también la más influyente de todo el continente americano. Su efecto se aprecia en las edificaciones de Monte Albán (siglos VI-VIII), una acrópolis zapoteca sobre la ciudad de Oaxaca, o en el palacio de las Columnas (siglo XV) de Mitla, también en Oaxaca, con sus espectaculares muros recubiertos de mosaicos.

Otra de las civilizaciones mesoamericanas interesantes es la de El Tajín, que ha legado su gran pirámide (siglo VII) de nichos tallados sobre las paredes verticales. Sin embargo, la gran cultura clásica del centro de México fue Teotihuacán, situada sobre la llanura noroeste de México-Tenochitlán. Su obra más fabulosa es la gran pirámide del Sol, un edificio de 64 m de altura y 45.225 metros cuadrados de base, cuyo conjunto completan la pirámide de la Luna y un área en terraplenes conocida como La Ciudadela. Hacia el siglo VIII, la cultura teotihuacana sucumbió al empuje del pueblo tolteca que introdujo el culto a la serpiente emplumada Quetzalcóatl, una imagen que representan a menudo en los bajorrelieves de sus templos. La capital tolteca era Tula, donde se conserva la pirámide del templo de la Estrella de la Mañana (c. 900), construida en cinco niveles de 2 m de altura.

Un centro que ejemplifica la transición de la época clásica a la tolteca es Xochicalco (casa de las flores), en el actual estado de Morelos, México; su magnífico templo de Quetzalcóatl está adornado con bajorrelieves y glifos. Por su parte, Tula fue destruida en el siglo XII por los chichimecas, que heredaron las tradiciones artísticas teotihuacanas y toltecas, y construyeron la pirámide de Tenayuca (siglos XIV-XV) en cinco capas superpuestas correspondientes a los ciclos de 52 años. La arquitectura de los chichimecas puede dar una idea de la que produjeron los aztecas, que fundaron la gran Tenochitlán en 1325. En las excavaciones del templo Mayor, en pleno centro de la ciudad de México, se ha descubierto una interesante infraestructura que permitió levantar el centro ceremonial y político más importante de Mesoamérica en medio de un lago.


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