2.2.1. México como pais pluricultural

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Los españoles que conquistaron América no se caracterizaron por su capacidad para comprender y respetar las diversas culturas que descubrieron en el nuevo continente.

En los registros que hicieron de todo lo que encontraban a su paso, hacían alusión a los ritos sangrientos y a las "extrañas formas de vida" de quienes consideraban gente primitiva o bárbara.

Hasta entonces, los conquistadores europeos sólo apreciaban a los pueblos de Persia, India y China como culturas semejantes a la de ellos. Pero lo que hoy conocemos como la arqueología y los textos prehispánicos que sobrevivieron a la conquista, muestran que en el México antiguo existieron creaciones y manifestaciones tan importantes como las de otros pueblos. El calendario y la escritura existían ya en culturas como la maya, la azteca y la olmeca en el último milenio antes de Cristo.

Inscripciones en Monte Albán, Oaxaca, y en las costas del Golfo, en el "país de los olmecas", son prueba de esto.

Las formas de urbanismo en las grandes ciudades-santuarios, la arquitectura de sus pirámides, el arte de la escultura y de la pintura de frescos, fueron manifestaciones de la sensibilidad y los conocimientos científicos que poseían estos pueblos. Más de cincuenta lenguas indígenas demuestran su diversidad y riqueza. Entre las principales lenguas o dialectos, por el número actual de las personas que los hablan, se encuentran el náhuatl, el maya, el mixteco, el zapoteco, el tzeltal, el tzotzil, el totonaco, el mazateco y el chol.

Innumerables códices, estelas y bajo relieves (piedras grabadas con imágenes y caracteres), prueban todo ello.

Los distintos pueblos del México antiguo tuvieron una visión particular del mundo, doctrinas religiosas y sistemas calendáricos propios que los acreditan como culturas vastas y profundas, entre otras que han legado al mundo moderno sus conocimientos. Algunos de los más trascendentes son el calendario y el cero de los mayas, así como los códices medicinales de los pueblos de lengua náhuatl.

Además del mestizo, que es la persona nacida de la unión del español y el mexicano, la raza negra tuvo importante presencia en el país debido a la migración de esclavos procedentes de África. Los principales asentamientos de esta raza se ubicaron en las costas de Veracruz, Guerrero y Oaxaca, y pronto se constituyeron en nuestra tercera raíz.

La mezcla de estas razas dio lugar, no sólo a nuevas razas o grupos humanos, sino también a manifestaciones culturales que mostraron la fusión de mundos diferentes.

Así, el arte barroco español se enriqueció con el arte indígena mexicano y dio origen al estilo churrigueresco; este es un estilo cargado de adornos que proliferó hacia el final del siglo XVl y se aprecia aún en algunas construcciones de tipo religioso: en parte de las fachadas de iglesias y en los retablos de los altares, principalmente. De manera parecida, de la relación interracial de negros y mexicanos, surgieron oficios artesanales como el tejido, y géneros musicales nuevos, como los sones jarochos y diversos ritmos de las costas de Guerrero y Oaxaca, en particular de Pinotepa Nacional.

Todo ello ha conformado un complejo espectro cultural que caracteriza a cada región de nuestro país y que ha dado a México un rostro multifacético.

La variedad cultural de México también fue plasmada y difundida a todo el mundo en la corriente pictórica llamada muralismo. Esta pintura, que fue realizada en los muros de edificios públicos, tuvo gran influencia en los Estados Unidos, en América Latina y en los países socialistas europeos, debido a su contenido histórico y político. Artistas como Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Carlos Mérida y Rufino Tamayo, enfatizaron las raíces indígenas de México a través de las formas, los colores, los materiales y los temas de sus pinturas.

Los mexicanos de hoy somos resultado de un pasado pluricultural. Podemos aprovechar el arte y toda nuestra historia para comprender mejor quiénes somos. Mucha gente en todo el mundo admira nuestra cultura a través del arte mexicano. Nosotros también podemos admirar nuestro pasado y reconocernos en las mujeres y en los hombres que construyeron este país.

Debemos aprender del pasado para vivir mejor hoy, aceptando que somos una nación donde a diario conviven diferentes culturas de muchos lugares del mundo, cada una aportando la riqueza de su propio pasado y presente. México es un mosaico pluricultural, que nos ofrece la oportunidad de practicar la convivencia pacífica, la tolerancia a las diferencias y el enriquecimiento de nuestra vida diaria.


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