1.1. Normas y reglas ortográficas y de puntuación.

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Las reglas de puntuación. Es más difícil puntuar correctamente que colocar correctamente los acentos, porque si bien las reglas de los primeros son claras y obligatorias, las de los signos de puntuación son muchas veces optativas: una persona colocará una coma donde otro pondría un punto, un punto y coma, o quizá nada. Por ello, más que reglas, se debe hablar de recomendaciones en el uso de los signos de puntuación.

Los signos de puntuación intentan suplir en la escritura a la entonación y las pausas. Me explico: la misma oración estás acostado puede significar cosas distintas dependiendo de que tenga la entonación de una pregunta, de una afirmación o de una exclamación de sorpresa. Necesitamos diferenciar estas entonaciones por medio de algún tipo de signo. Lo mismo sucede con las pausas: una coma puede hacer variar dramáticamente el significado de una oración. Se dice que el zar Pedro el Grande tenía unos impresos preparados en los que ponía matar no tener piedad con los que firmaba las penas de muerte o sus conmutaciones. Si quería ejecutar al reo, ponía la coma tras matar: matar, no tener piedad; si por el contrario quería que la pena no fuera llevada a cabo, ponía la coma tras no: matar no, tener pie¬dad. Sin llegar a estos extremos de truculencia, pensemos que no es lo mismo decir Elena, te llama Juan, que Elena te llama, Juan. La colocación de estos signos es, pues, portadora de un significado, por lo que hay que pensar muy seriamente si hay que colocar un signo o no y dónde.

Algo que hay que tener muy en cuenta es que, si bien todo signo de puntuación distinto de las comillas implica una pausa en la entonación, no toda pausa debe ser señalada por medio de una coma u otro signo, ya que hay pausas en el discurso que son puramente respiratorias, que se hacen independientemente de la puntuación para poder aspirar aire. No se deben escatimar las comas, pero un uso excesivo de ellas suele resultar agobiante por lo entrecortada que dejan la lectura.


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