2.1.2. Dimensión Social

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Socialización

Consiste en la interacción con otras personas para llevar a cabo procesos de convivencia y de trabajo colaborativo, mediante la asunción de normas, leyes y pautas construidas colectivamente. La socialización es un proceso a través del cual el niño y la niña adquieren gran cantidad de conocimientos sobre el medio físico y social, y también habilidades, actitudes y valores. Interactúa con otras personas, se comunica, colabora, rechaza, ama, odia.

El medio social pasa a ser fundamental fuente de información, experiencia y aprendizaje, tanto de pautas elementales como de comportamientos más complejos, afectivos y cognitivos.

La dimensión social, tiene tres escenarios que secuencialmente se influyen recíprocamente, estos escenarios son:

La familia:

Es el primer y más importante escenario donde los sujetos adquieren y desarrollan los hábitos básicos de supervivencia (autocuidados, autoconcepto, autoestima, autoreconocimiento).

Aprender a cuidarse: Aspecto fundamental para proteger la salud propia y la de todos como un bien social.

El proceso de aprender a cuidarse se inicia con el conocimiento y cuidado del propio cuerpo y a su vez apuntala el desarrollo de la autoestima.

Paralelo con el aprender cuidarse, debe desarrollarse el aprendizaje para no agredir a los semejantes, este respeto a los demás parte del respeto así mismo y lógicamente el ejemplo que los padres y mundo adulto den al niño a la niña.

De igual manera en la familia se introyectan las primeras normas que posteriormente se convertirán en pautas de comportamiento.

El convivir humano tiene lugar en el lenguaje. Ocurre que el aprender a ser humano lo aprendemos al mismo tiempo en un continuo entrelazamiento de nuestro lenguaje y emoción, razón por lo cual es entendible que el primer contexto de convivencia es la FAMILIA, por eso, el convivir humano se da de hecho en el conversar.

La familia debe ser garante y promotora del aprender a comunicarse junto con el aprendizaje de las normas de cortesía, base para poder interactuar, para poder acercarse a los demás, percibiéndose y percibiendo a los demás en su condición de personas.

La escuela

El segundo contexto de la convivencia humana, espacio en que el ser humano cambia de cosmogonía y puede o no reafirmar la confianza en la otra base fundamental de la convivencia.

En la escuela (como institución social y socializadora) puede cumplirse el principio: CONVIVIR PARA CONOCER., puesto que el amor no esta en la exigencia con el otro; la exigencia niega la legitimidad al otro, pues no le permite una conducta responsable en la que se hace cargo de su querer.

Es en la escuela, en que el convivir con el otro puede traducirse en la aceptación o en el rechazo.

En este espacio se encuentra la explicación de las relaciones humanas como un ordenamiento desde la emoción y no desde la razón, aunque la razón de forma al hacer que la emoción decide.

Llamamos escuela, al andamiaje encargado de preservar la cultura, desarrollar integralmente a los ser humanos y transmitir saberes para la reconstrucción y construcción de nuevos saberes, la ciencia y la tecnología.

La escuela es el segundo escenario formativo y que debe formar equipo con la familia para lograr potenciar el desarrollo de las nuevas generaciones.

La escuela produce en el niño un impacto en la visión cosmogónica, agenciado por:

  • Relación con adultos diferentes a sus padres.
  • Relación con pares.

La necesidad de desarrollar comportamiento, actitudes, principios y valores para la relación los demás.

En general, la escuela debe fortalecer los aprendizajes que se iniciaron en la familia a lo cual se suman aprendizaje como aprender a decidir en grupo, aprender a solucionar de manera pacífica los conflictos, aprender que ceder en nuestras posiciones no significa perder, que hay intereses individuales y grupales que juegan un papel fundamental en la convivencia, desarrollar el sentido de legitimidad para con nuestra madre tierra, promoviendo el conocimiento y cuidando del entorno, defendiendo y respetando el espacio público.

De igual manera, la escuela debe favorecer el conocimiento de la cultura en sus diferentes expresiones, conjugándolo con el saber académico, la ciencia y la tecnología. De igual manera y con la posibilidad que docentes y personal adulto se conviertan en modelos secundarios de identificación, los niños y niñas desarrollan la amistad en el vivir, es decir, la aceptación del otro, en la legitimidad del otro, en la convivencia.

La escuela es responsable del desarrollo de actitudes como la puntualidad, la cooperación, el respeto, solidaridad (también llamados valores para la convivencia).

De la misma manera como el ser humano sale de su familia con toda una cultura que incluye actitudes, hábitos y comportamientos, el joven empieza a interactuar en la comunidad con unos principios, valores y actitudes y llega con ellos a la comunidad. COMUNIDAD significa objetivos mancomunados, compartir criterios y en el buen sentido es la última fase preparatoria para jugar los diferentes roles que exige la SOCIEDAD.


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